…2005, Ironman de
Lanzarote, Virginia Berasategui gana por segunda vez, 10h19’, bastante peor
tiempo que en 2004, cuando se impuso con un parcial de 9h41’ y más de
media hora de diferencia con la segunda. Unos meses después salta la noticia: Virginia
Berasategui e Iban Rodríguez han dado positivo en el IM de Lanzarote con
EPO. Su victoria pasó casi inadvertida para los medios de comunicación
generalistas, pero el positivo no, aparece en todos los periódicos de tirada
nacional. También en los foros. Todo
el mundo opina.
Me gustan los foros, al
ser anónimos uno se atreve a expresar sus sentimientos más profundos sin
vergüenza, sin miedo a que te den una hostia. En mi barrio al que hablaba le
callaban la boca, aquí no, puedes hablar. Eso es bueno. Permite obtener
información muy comprometida, por ejemplo que había ya rumores sobre cómo iba
Vir. También se descubre que Iban y Vir eran compañeros de entrenamientos, y
según parece de algo más: de entrenador. Aunque el entrenador siempre lo ha
negado.
Tras varios meses de
críticas, opiniones y divagaciones, el positivo de las muestras A y B resulta
en un falso positivo. Estupendo ¿Y ahora qué? Virginia e Iban no son
sancionados pero la pregunta que los deportistas y aficionados debemos hacernos
es ¿Tomaron EPO? Nunca lo sabremos, pero me da a mí que después de lo ocurrido
este año y analizando un poco ciertos detalles de la vida deportiva de Virginia
hay muchas probabilidades de que la rEPO haya estado muy presente en su
trayectoria deportiva. Estamos hablando de una sustancia compleja, no es una
pastillita que se toma un día y boom, corres como un avión. En 2005 ya estaba
muy avanzado el uso de la rEPO y había una metodología muy clara, tanto que a
pesar de ser detectable en los controles casi nadie daba positivo aunque iban
hasta arriba. Solo hay que echar un vistazo a los implicados en la Operación
Puerto y darse cuenta de que muy pocos fueron pillados en carrera. Era muy
fácil para un médico, o similar, administrar dosis periódicas que no dieran positivo
el día del control.
¿Qué pasó entonces en
los casos de Vir e Iban en Lanzarote? Es difícil saberlo pero huele a podrido.
En primer lugar hay que saber que en Enero de 2005 se cambió el método
detección de la EPO. El método inicial del año 2000 era demasiado permisivo y
permitió que muchos
deportistas escaparan al control. En 2005 se modificó el método de
detección siendo mucho más preciso (pasó de ser meramente cualitativo a
cuantitativo), pero surgió un problema. Ciertos investigadores ligados al mundo
del deporte argumentaron que bajo determinados esfuerzos aparecían en la orina
un exceso de proteínas que generaban el mismo anticuerpo que la rEPO, entre
ellos Marc Boogaerts, hematólogo de la Universidad de Lovaina (Bélgica),
Matheew Bollen, también profesor de la Universidad belga, y por último Iñigo
Mujika, doctorado en biología del ejercicio muscular en la Universidad de Saint
Ettiene. Todos ellos paisanos en cada caso de Rutger Beke (Bélgica) y de
Virginia e Ibán (España), a los que han ayudado con sus “investigaciones” a
salir inocentes de los positivos por rEPO ¿Por qué “investigaciones”? Muy
sencillo, porque son investigaciones promovidas (y posiblemente pagadas) por el acusado, son
investigaciones que no han sido confirmadas por otros científicos, son
investigaciones que en ningún caso han usado a los deportistas objeto de
estudio como muestra, sino a otros deportistas, y por último son
investigaciones que tampoco han usado el esfuerzo del ironman, sino otro
esfuerzo. Esto que quiere decir, que por su singularidad no tienen validez
científica, aunque sí legal. Si nadie se ha preocupado (por dinero) en
rebatirlas el juez las puede tomar como prueba veraz.
Pero hay una diferencia
entre el caso de Beke y de Vir, el primero se libró por un posible fallo en el
tratamiento de las muestras, y además denunció a la WADA por daños y perjuicios. Para evitar esto la WADA admitió como falsos positivos todos los casos entre
enero de 2005 y septiembre de 2005, fecha en la que se introdujo un segundo
anticuerpo en el control de la rEPO. Tanto Beke como Vir no pudieron demostrar
que no hubiera rEPO en su sangre, solo que podía haber fallos en sus controles
y que legalmente no se les podía sancionar.
¿Culpables? ¿Inocentes?
¿Presunción de inocencia? La cuestión es que ningún método es 100% fiable, pero
normalmente suelen ser métodos conservadores,
en el sentido de que se prefiere que alguno se libre a que se sancione a un
inocente. Es por esa razón por la que el deportista debe demostrar cómo llego
la sustancia a su cuerpo y no al contrario. La presunción de inocencia se
aplica a la sustancia y no al deportista. Solo así se explica que de todos los
implicados en las operaciones contra la salud pública (Operación Festina,
Operación Puerto, Operación Grial, Operación Galgo, Operación Cursa) haya un
porcentaje muy pequeño que hayan dado positivo en algún control. Es por eso que
de
las 10 muestras analizadas en Lanzarote 2005, 4 fueron no positivos, 2
fueron positivos (en muestras A y B), 1 fue “no perceptible” (¿microdosis?) y otras 3
fueron “no calificable” (¿enmascarador?).