En junio del pasado año 2015, uno de los más famosos y laureados entrenadores de triatlón, escribió un artículo que debería haber hecho temblar los cimientos del trideporte. No fue así, nadie le dio la importancia que parecía tener. El autor del artículo no es un don nadie, no, es alguien que lleva en el triatlón desde 1989 como deportista y desde 2000 como entrenador. Primero en solitario, y luego también como miembro del equipo técnico de las selecciones nacionales de Canadá y Reino Unido. Joel Filliol es uno de los que más sabe de triatlón en el mundo. Por lo tanto, también es uno de los que más sabe del lado oscuro del trideporte. No en vano es el entrenador de triatlón con más pupilos involucrados en casos de dopaje, hasta cuatro. En España varios medios se hicieron eco de su artículo y lo analizaron con cierto disimulo, disimulo intencionado porque olvidaron citar algún tema importante. A pesar de que el artículo tiene casi un año, no deja de ser actual y merece ser analizado con detalle.
Joel
empieza el artículo con una introducción que nada tiene que ver con el triatlón. Utiliza varios artículos y documentales sobre el dopaje en atletismo
para preguntarse si hay dopaje en el triatlón. En esas fechas salieron a la luz
sospechas de dopaje sobre Alberto Salazar ¿Por
qué relaciona Filliol eso con el tri? No hay motivo, Filliol nos quería hablar
de dopaje por alguna razón y usó esas noticias como excusa. No tenían ninguna
relación. Es importante recordar que era junio de 2015.
Tras
esa confusa introducción Joel se pregunta “¿Tiene
el triatlón un problema con el dopaje? La respuesta es sí” ¡Toma ya! Empieza
fuerte. “Hemos tenido ganadores de Kona,
campeones olímpicos y campeones mundiales que han dado positivo en los
controles. A finales de los 90 y principos de los 2000 en el triatlón hubo
abuso de EPO, que no era detectable en los controles”. Dispara a dar y con
mala leche. Nina Kraft, Brigitte McMahon y Dmitriy Gaag son los nombres que le
faltaron por dar. Pero son solo tres ¿Es eso motivo para decir que hubo abuso
de EPO entre 1995-2005? Evidentemente no, Filliol sabe algo más. Pero Filliol no explica sus palabras y sigue dando datos: “5 de los 12 medallistas olímpicos de los
JJOO de Sydney y Atenas o han dado positivo o son sospechosos de dopaje.
Posteriormente ha habido sospechas de medallistas mundiales. En las
conversaciones entre atletas y entrenadores se coincide en esas sospechas. Como
nos ha enseñado el caso Armstrong, cuando el río suena agua lleva”. Vuckovic,
McMahon y Allen han sido tres de esos medallistas con casos de dopaje, pero
faltan los otros dos. Imaginamos que serán los de los rumores. Vamos a ver
quienes fueron los 12 medallistas olímpicos esos años: Whitfield, Vuckovic y
Rehula en chicos, McMahon, Jones y Di Marco en chicas (Sydney 2000) y Carter,
Docherty y Riederer en chicos y Allen, Harrop y Williams en chicas (Atenas
2004). Quitando los tres con caso conocido y por supuesto a Whitfield, es la
imagen comercial de Filliol y es evidente que no se refiere a él, nos quedan
ocho. Hay que encontrar dos.
Vamos
con el primero, Jan Rehula. Jan era un triatleta de 27 años en 2000, un poco
mas joven que Lessing y Gaag. Nunca tuvo resultados relevantes hasta 1999, un año
antes de los JJOO. En 1998 fue 16º en Lausanne, corriendo en 33 minutos, muy
lejos de Lessing (primero) y de Gaag (sexto). En 1999 Rehula vuelve a ser 16º
en el Campeonato del Mundo, con 32’35’’ minutos en el diez mil, otra vez lejos
de Gaag (primero) y Lessing (segundo). Año 2000, abril, Rehula es 17º en Perth,
a más de un minuto de Marceau y corriendo prácticamente igual que un año antes. Tres meses y
medio después, en las olimpiadas triatléticas, gana a Lessing, Gaag y Marceau
corriendo en 31’20’’. Aplausos para Rehula. Despues de eso, dos años sin
competir y ningún resultado relevante el resto de su carrera. Le llevaba Brett
Sutton.
En
chicas tenemos a Michellie Jones y a Magali Di Marco. La primera, australiana,
corría en casa. 6 medallas en campeonatos del mundo entre 1991 y 2000, con 31 años
corrió más rápido que nunca pero hizo lo que tenía que hacer. Era enemiga de
Sutton y los suyos. Su carrera continuó como había sido siempre, exceptuando su
victoria en Kona en 2006. Ganó en Hawaii, sí, y parecía normal, sí, pero 3
triatletas de 6 dieron positivo con autorización de uso terapéutico. Ese día Jones
desapareció de la escena triatlética para siempre. La segunda, suiza, como la
engendro. Para qué seguir, otro engendro.
Pasemos
a Atenas 2004. Los chicos fueron Hamish Carter y Bevan Docherty (Nueva
Zelanda) y Sven Riederer (suiza). Los kiwis entrenaban con Hellemans en St
Moritz y, con los engendros del 2000 de vuelta al mundo humano, arrasaron. Carter era un buen
triatleta, varias medallas en campeonatos del mundo y una trayectoria
impecable. Con 33 años no era candidato al oro, pero sin Lessing, con control
de EPO (2004, año de la verdad), y con su larga experiencia, quizás lo merecía.
Si ignoramos la dureza del circuito ciclista, los tiempos de carrera a pie
fueron humanos. Docherty era mucho mas joven que Carter, no estuvo en Sydney, y
no hizo gran cosa hasta 2003 cuando fue cuarto en el campeonato del mundo de
Queenstown, detrás de Raña y Marceau. En 2004 gana el oro en Madeira y la plata en
Atenas. Fue un buen año para el kiwi que usaba los mismos métodos de
entrenamiento que Carter y que después de eso no volvió a hacer gran cosa. Hasta
2008, bronce en Beijing y plata en Vancouver detrás de Noya. Otro que de
olimpiada a olimpiada se echaba la siesta, como Gaag, Marceau y Whitfield. El
suizo Riederer era una joven promesa del tri, campeón de Europa junior en 2001 y
subcampeón del mundo en sub23 en 2002, con 23 años gana el bronce olímpico en
unos JJOO muy limpios, había controles de EPO. Pero el esfuerzo deja cansado al
chaval, eso o que los controles de 2004 no se repitieron, y no vuelve a subir
al podio de un campeonato mundial. Riederer ha mantenido un nivel parecido en
sus parciales a pie, los demás no. El único problema de Riederer es que es
suizo, como Marceau, y su entrenador era Martin Rhyner, ese que se creía que al
franco-suizo le vigilaba la gendarmería francesa por venganza.
Y
ahora, las chicas de Atenas. Bueno, la primera fue Kate Allen, estaba en
humanplasma y tuvo un falso positivo con autorización terapéutica ese día. Un
día que corrió como los hombres. Con ella contábamos. De las otras dos, la
aussie Loretta Harrop era de las chicas de Sutton. La trayectoria de Loretta es
ascendente, en manos de Sutton hace 12ª en 1997, 4ª en 1998 y en 1999 gana el
campeonato del mundo ITU. En 2000, con Sutton expatriado, y al parecer
lesionada, solo queda quinta en Sydney. A partir de ahí trayectoria
descendente, 8ª en 2001, 12ª en 2002 y en blanco en 2003. Pero en 2004 se
recupera, segunda en el campeonato mundial y plata en Atenas. Al año siguiente
dejó el tri, con 30 años. Otra que solo destacaba cerca de las olimpiadas. La
tercera fue la americana Susan Williams, una perfecta desconocida. La carrera femenina fue extraña, Harrop la lio en la natación y provocó un corte en el que
sólo Williams aguantó hasta el final. Allen venía por detrás a 3 min, puesto 42
en T1, 28 en T2, y oro. Susan se vio favorecida por las circunstancias de
carrera, pero corrió mas rápido que nunca, después del palizón anterior. Tres
engendros, uno detrás de otro, inhumanas, suprahumanas, ultrahumanas.
Filliol,
nos has engañado, no eran 5 ¡¡¡Eran los 12!!! Sinceramente, es difícil decir
quién de esos 12 triatletas era humano. Jones, Riederer y Carter son los que
generan menos dudas. Sin embargo es fácil imaginar que Filliol se refiere a Rehula
y Harrop. Tienen algo en común, en realidad todo: Brett Sutton. Todos conocemos
los métodos de Sutton, Filliol también, usa los mismos.
Sigamos
con las palabras de Filliol: “Es probable
que el triatlón haya tenido los mismos problemas que el ciclismo, la natación y
todos los deportes de alta competición: transfusiones, micro-dosis, diuréticos,
corticoesteroides, etc. Aunque el triatlón no es tan lucrativo como el ciclismo
y otros deportes, hay mucho dinero que ganar para los que se dopan. Además, el
dopaje no es solo por dinero…”. Filliol compara el triatlón con el
ciclismo, que lo haga con la natación es normal, nosotros hemos llegado a la
misma conclusión. Pero que lo haga con el ciclismo, es prueba suficiente para
decir que Filliol sabe mucho más que nosotros. “El Triatlón tiene el problema añadido de que gran parte de las
competiciones están gestionadas por una empresa privada. Hace poco la WTC ha
implementado un programa anti-dopaje, pero se debe cuestionar el impacto de un
positivo en su negocio, y como resultado cuánta motivación hay para limpiar el
deporte frente a mantener una imagen de limpieza“. “Además, es preocupante que la WTC mantenga una “gestión de resultados” en
su programa antidopaje, que técnicamente les permite esconder los positivos
bajo la alfombra. Obviamente, la cuestión no es si son
culpables de tapar positivos o no, sino el claro conflicto de intereses que
esto representa”. Estos dos párrafos son tremendos, esta cuestionando la
implicación de la empresa que gestiona las pruebas IM en la lucha contra el
dopaje, especialmente en sacar a la luz los positivos. Intenta dar a entender
que están tapando positivos para no dañar la imagen de IM. Esto lo ha leído
todo el mundillo triatlético ¿Alguien le ha respondido o replicado?
Pero
aunque parece que lo peor ha pasado, Filliol sigue, ahora con el programa
olímpico: “La actitud de –si no hay
medalla es un fracaso- de las federaciones olímpicas y el mensaje a los atletas
crea un ambiente donde los atletas sufren una gran presión para rendir. Con eso
viene la presión para buscar atajos al rendimiento. A esto le podemos añadir que
algunas de estas organizaciones contratan antiguos dopados y/o gente con
enlaces con el dopaje en posiciones de liderazgo, lo cual es parte del desafío
que el triatlón tiene que afrontar. Como el ganador se lleva la mayor parte de
los premios económicos y patrocinadores, a lo que hay sumar la endogamia y la
pleitesía a ese poder, el triatlón puede fácilmente caer en una cultura del
dopaje”. Atención a esto, el
programa olímpico y los médicos con lazos con el dopaje. Es un tema que ha
salido en este blog, y en el que Filliol nos da la razón. Gracias Joel.
Siguiente
párrafo: “Como ha quedado patente muchas
veces, pasar muchos controles anti-dopaje no significa que un atleta esté
limpio. El pasaporte biológico es un buen paso, pero cada vez hay mas
evidencias que indican que puede ser manipulado. Hay más recursos dedicados para
derrotar al sistema que los que la WADA pone para asegurarlo. A lo que hay que
añadir que los controles intentan garantizar que no haya falsos positivos.
Además, la WADA ha ido muy despacio en actuar con firmeza contra esas lagunas
(como el tema de las autorizaciones de uso terapéutico, TUE) y en muchos casos
la WADA ni siquiera es consciente de su existencia”. Esto es importante,
los controles están del lado del dopado, son conservadores, o sea intentan
evitar que un inocente de positivo. Pero lo más interesante es lo que dice
Filliol sobre las TUE (mas conocidas
como “certificados médicos”). Algo que en el ciclismo está de moda y es común entre
los campeones, según Filliol parece que en tri también. Filliol sigue con un ejemplo:
“Por ejemplo la medicación para tiroides,
ha sido señalado como un problema desde hace años, pero todavía no hemos visto
que se intente frenar el uso abusivo de esto. La conocida como “zona gris” es
en esencia una simplificación muy burda. Si tú estas “subiendo” tus límites por
medio de medicación o drogas para tratar enfermedades que no tienes, estás
haciendo trampas haciendo uso de las normas. En base a esto, la evidencia
no-analítica es importante y debe ser seguida enérgicamente”. La medicación para tiroides, vaya, buena
cuestión ¿Sabéis cuántos deportistas tienen problemas de tiroides? Unos
pocos. Entre ellos Floyd Landis, Marta Domínguez y Carl Lewis.
Y
Filliol acaba la idea principal del artículo con unos signos que deberían ser
tenidos en cuenta como sospechosos:
1. Rápida
mejora del rendimiento que no es mantenido por un periodo de tiempo y no es coherente
con rendimientos pasados o progresiones esperables. (¿Lo dirá por Whitfield?).
2. Rápida
pérdida de peso, sostenida y seguida por grandes actuaciones (¿Lo dirá por
Mola?).
3. Asociación
y/o postura comprensiva con dopados conocidos, entrenadores sospechosos,
managers o grupos con una conocida cultura del dopaje, como ciclistas pro.
(Esto es muy bueno, para no señalar a ningún colega triatleta se va a los
ciclistas ¿Lo dirá por los Brownlee?).
4. Ausencias
inexplicables de las carreras de alto nivel, seguidas por un regreso con un
rendimiento entre los mejores. (¿Lo dirá por Tim Don y sus ausencias
inexplicables?
5. Capacidad
para competir a un nivel muy alto por un periodo de tiempo largo, a menudo con muchos
viajes entre competiciones. (¿Lo dirá por Noya?).
Es evidente que no lo dice por ninguno
de sus pupilos o ex-pupilos, pero Filliol debería mirar un poco la paja en su
ojo, porque tiene un granero. Además de que estos puntos no son determinantes
ni indicativos de nada. El dopaje es mucho más, Armstrong es una muestra de
ello, y no entra en ninguno de los puntos. Pero Filliol es muy listo y seguro
que estas palabras no son gratuitas, tienen un sentido, el mismo que todo el artículo.
Continuamos con las Conclusiones…“No todo son malas noticias para el tri. La
gran diferencia del triatlón es que todavía no tenemos la cultura de aceptación
y normalización del dopaje. Desde mi propia experiencia, y habiendo trabajado
directamente con muchos de los mejores atletas del mundo del pasado y de la
actualidad, quienes sé por mi experiencia que están completamente limpios,
todavía es posible ganar en triatlón del más alto nivel sin dopaje. Estoy
seguro que desde fuera se observa el éxito de nuestra cuadra y se especula que
nuestros atletas también pueden estar dopándose. Un nivel alto de escepticismo
es entendible y yo observo otros deportes de la misma forma. Sin embargo sé,
como muchos de nuestros atletas en el pasado y en la actualidad, que nuestra
forma de trabajar centrándonos en la simplicidad y lo fundamental es todavía
válida al más alto nivel. Nosotros no recomendamos ninguna suplementación y
nuestros atletas no tienen TUEs de largo plazo”. Vamos a ver, o sea que
todos se dopan menos ellos. Los ciclistas, los de Ironman y los otros olímpicos
menos los suyos. En fin, este es el párrafo de las mentiras, una tras otra,
hasta la penúltima línea. Porque en la última Filliol lanza un dardo, un dardo
envenenado. Nuestros triatletas no tienen “certificado médico” de por vida ¿A
quién va dirigido? ¿Quién es el principal rival de los pupilos de Filliol?
¿Quién año tras año desde 2013 les quita la gloria a sus cachorros? Un
triatleta que corre con certificado médico desde 2006.
Para acabar Filliol lo hace con la
mentira mas gorda del artículo “Cuando llegue el dia que deje de creer que
podemos ser competitivos y ganar limpios, ese día será mi ultimo día en el
deporte de alta competición”. Aplausos
para Filliol.
En los comentarios Filliol es felicitado
por sus palabras, todos le dan la razón, y aprovecha para aclarar algunos
puntos:
“Me
gustaría que los TUEs fueran públicos”.
“Sobre
el asunto de las tiroides pongo un caso como ejemplo. Un triatleta americano que
tuvo medicación durante unos meses pero luego se la retiraron” O sea no fue
de por vida. No se refería a este.
Uno de los que comentan (WattGod) piensa igual que
nosotros sobre el punto 5. Otro de los comentarios (socaltri) cuenta
una historia truculenta y hasta increíble, un poco al estilo Manzano. Filliol aprovecha
los comentarios para aclarar que los TUE son solo parte del problema porque no
hay TUEs para EPO, GH o Testosterona. Pero ahí tambien nos engaña, él sabe bien
que Armstrong tenía un TUE para testosterona, Messi lo tuvo para HG y están los
TUE que permiten tener el hematocrito en 52%. Ademas de TUEs para otras
sustancias, tan importantes como el propio dopaje, los enmascaradores.
Y por último vamos a lo interesante del artículo,
a lo que nadie comenta ¿Por qué Filliol nos habla de dopaje en Junio de 2015?
¿Por qué los medios españoles no citan ni una sola palabra sobre los TUEs? Es
uno de los puntos fuertes del artículo y de los comentarios ¿Por qué no es
importante para la prensa rosa del triatlón? Preguntas con difícil respuesta. Pero
vamos a intentarlo. En Julio de 2015 el triatleta que meses antes lideraba las series mundiales de triatlón, el triatleta que había ganado con facilidad dos de las tres
primeras pruebas, el triatleta que había superado en tres ocasiones ese año
a Noya, se lesiona. Otra vez, desde Londres 2012 es la segunda, y deja el
camino libre a Javi Gómez Noya para conseguir su quinta corona mundial, récord
absoluto superando al gran Simon Lessing. Jonny Brownlee estaba concentrado en St. Moritz. Su médico
dice que la lesión no es importante pero que prefieren dejar de competir y
recuperar para Río ¡Pero si llevaban dos meses sin competir! Bueno, si él lo dice nos lo creemos. Como nos creemos que
estaban en St. Moritz por sus paisajes y sus instalaciones.
Jonny, en abril de 2015 líder del mundial, no participó en Ciudad del Cabo ni en Yokohama y había tenido un mal resultado en
Londres en mayo, en su terreno, la distancia sprint, y en su casa. Poco
antes de la siguiente prueba Jonny se lesiona. Entre medias Filliol había
publicado su artículo. Un artículo que hablaba de un triatleta que tiene TUE de
por vida, justo en el momento en el que el triatleta que domina el triatlón
desde Londres 2012 con mano de hierro, va a volver a dejar a los pupilos y
ex-pupilos de Filliol en la segunda plaza del podio, otro año más, y van tres. Ese
triatleta corre con un certificado médico del Dr. Bayón por una enfermedad cardiaca congénita. Es probable que Filliol nos quisiera decir algo con este artículo,
y no es precisamente lo que está escrito. Es probable que los medios españoles
no quisieran citar una sola palabra de los TUEs. Es probable que Filliol supiera
algo y nos estaba avisando, a nosotros y a la principal responsable de los TUEs
y de los Pasaportes Biologicos en el tri. Es probable que Filliol buscara algo
con estas palabras. Y este año
2016, Marisol le ha dado lo que probablemente buscaba: Mola (Filliol) gana.
PD: las palabras de Filliol nos van a
servir como argumento para los siguientes artículos. Artículos que no van a
tratar de dopaje con sustancia. Artículos que van a tratar de lo que Filliol
llama rumores, abuso de EPO entre 1995-2004, “gestión de resultados” de la WTC
(tapar los positivos), los TUEs y la salud, los médicos dopadores contratados
por las federaciones, los indicadores del dopaje, etc. Las palabras de Filliol
tienen mucha sustancia y vamos a exprimirla. Si lo dice Filliol será verdad, es
uno de los mejores entrenadores del “mundo del tri”, ese mundo que dice que
aquí no decimos la verdad.