Los
16 primeros años del triatlón como deporte con controles antidopaje nos han
dejado ya más casos de dopaje que los “oficialmente” admitidos. Diez casos con
sustancias, ocho de controles y dos sin controles pero con claras implicaciones.
Los controles encontraron en su mayoría drogas duras, nandrolona sobre todo y
testoesterona, pero no EPO, sin embargo los dos engendros olímpicos tuvieron
problemas con la EPO fuera de la competición. Gracias a eso nos enteramos.
Sigamos con la lista, nos habíamos quedado en 2004, año del positivo de Nina Kraft en el Ironman de Hawaii. Es el primer caso de dopaje admitido por cierto sector del trideporte, y no porque diera positivo, no, lo es porque hubo sanción firme. Y hubo sanción firme no porque hubiera firmeza, no, hubo sanción porque Nina confesó. Una señora. Por eso la acusaron, por eso la acosaron, por eso la machacaron. Pero Nina no fue el primer caso de positivo con EPO del tri, no, hubo otro ese año, en una prueba belga un mes y medio antes de Hawaii. La noticia saltó cinco días después del campeonato mundial de Kona 2004, donde el implicado fue el 5º clasificado. Rutger Beke dio positivo por EPO en muestras A y B, 18 meses de sanción. El positivo de Nina se anunció antes de un mes después de Hawaii, el de Beke tardó un mes y veinte días, permitiéndole correr el Ironman por excelencia. Otra de esas oscuras operaciones de cierto sector del tri, muy común en todos los deportes. Sin embargo, Beke sabía 20 días antes de Hawaii que había dado positivo por EPO en la muestra A. Iba a Hawaii como uno de los favoritos y quedó quinto, imaginamos que pasó control pero allí no pitó.
Ya tenemos el primer
positivo con EPO de un triatleta importante en el mundo del tri, pero ¿Quién es
Beke? Vamos a tratar de conocer un poco mejor a este joven triatleta de 27
primaveras en aquel año de 2004. La trayectoria del belga era impecable, en
2003, su primer año en larga distancia, queda 2º en el campeonato del mundo ITU
de Larga, detrás de Eneko Llanos, es 3º en IM Florida y en Hawaii hace 2º. Sin
haber ganado una prueba Ironman, el belga hace segundo en su primera
participación en Kona (2003). Impresionantes prestaciones en la meca del
Ironman para un novato de 26 años. Su rendimiento en Hawaii fue tremendo,
superando en más de 10 min al que le ganó en Florida, y haciendo el segundo
mejor parcial de bici, a solo 4 min de Stadler y por delante de Lieto, Zack y
Hellriegel. Increíble, qué adaptación al calor, a la humedad, al ritmo de
Hawaii. Desde 1980 solo un hombre había mejorado ese rendimiento siendo rookie,
otro belga, Luc Van Lierde ¡Qué coincidencia! ¿El clima belga es similar al
Hawaiiano? ¿El mono belga desciende del mono Hawaiiano? o es que ¿Hawaii y
Bélgica estuvieron juntas en el pangea? Podemos proponer una investigación
científica sobre el asunto. Pero no, no hace falta, la respuesta es que ambos tenían el mismo equipo médico, el doctor Jan Olbrecht y el entrenador Pieter
Timmermans. Uf menos mal, ya estábamos preocupados, nosotros sabemos que eso lo
explica todo. A partir de su falso positivo de 2004, Beke sigue cosechando buenos
puestos en Hawaii, cuarto en 2005 y 2006 detrás de los tanques alemanes, en
2007 acaba entre los GGEE a casi 3 horas del podio, pero en 2008 vuelve con
fuerzas renovadas y con los tanques alemanes hundidos en la lava se cuela en el
podio, su último año bueno en Kona. En 2009 a pesar de ganar en Cozumel no
acaba en el campeonato del mundo, y a partir de ahí, Beke deja de rendir como
en 2003 y, con 32 añitos y tras unas cuantas excusas, desaparece del panorama
triatlético para nunca volver. Que le zurzan.
Pero, un momento, si Beke había dado positivo en 2004 ¿Cómo es que compitió en Hawaii en 2005 y 2006? Pues por lo de siempre, el belga defiende su inocencia, y tras un largo proceso de un año gana. Sin embargo, este caso no es como los anteriores, no, este es especial. Por muchos motivos - la sustancia, el teatro del belga, lo de Nina y las repercusiones posteriores - este caso merece una atención especial. Ya hemos explicado en artículos anteriores que el método de detección de EPO era muy permisivo, se colaban casi todos, y por ello en 2004 se endurecieron los criterios, eso provocó un aumento de los positivos pero añadió incertidumbre por la novedad del método, esta incertidumbre la aprovecharon algunos para buscar nuevas excusas. Nada más hacerse público el positivo, su equipo médico se pone manos a la obra. La primera declaración del Dr. Jan Olbrecht fue que dado el alto hematocrito de Beke ellos ya sabían que acabaría teniendo problemas. Vale tío, que ha dado positivo en un control de orina ¿Qué tiene que ver eso con su hematocrito? Poco, pero gracias Dr. Jan, gracias por confirmarnos que Beke compite con ese hematocrito, algo muy frecuente en los ciclistas de esa época. El siguiente movimiento de su equipo de médicos y abogados (Katalyst Multisport Management y Arinso Bik Triathlon) es presentar las alegaciones, o lo que es lo mismo, todas las excusas imaginables en el mundo del dopaje: las muestras fueron contaminadas por una bacteria, los parámetros hematológicos de Beke son diferentes de los demás y que Beke produce cantidades ingentes de una proteína tras un esfuerzo extremo (triatlón olímpico) que da positivo por EPO en el control. Coincidentemente esa proteína es la que habían encontrado los de la WADA en investigaciones anteriores. Los médicos de Beke sabían lo que buscaban. Ellos mismos en sus alegaciones responden a la pregunta del millón: vale, Beke produce esa proteína ¿Por qué no ha dado positivo en otros controles, Hawaii 2004, por ejemplo? El calor, la deshidratación y el esfuerzo extremo en la prueba belga son la respuesta. Varios científicos de universidades belgas asesorados por el equipo médico de Beke meten al belga en el laboratorio y demuestran que en un 5% de las muestras da falso positivo por esa proteína. La comisión de disciplina flamenca, el CSD de su pueblo, le da la razón, falso positivo y demanda económica a la WADA por el daño causado. La demanda de 125.000 € no prospera y Beke nos escribe un libro para contarnos su desgraciada historia. “Ik niet”, o lo que es lo mismo: lo siento. Perdón, no, no es eso, Beke no es Nina, Beke nos dice “Yo no”. Lo sentimos Beke, hemos sido muy injustos contigo. Eres probablemente el único deportista de la historia que produce esa proteína, que mala suerte tuviste. Los demás tuvieron otros problemas, conservación de muestras, muestra B negativa, etc. Pero los que confesaron eran verdad, y esos son los que están de nuestro lado. Es más, la ciclista canadiense Genevieve Jeanson también fue falso positivo gracias al informe de uno de tus médicos rurales. En 2005 tus médicos demostraban que la chica meaba proteínas, en 2007 ella misma confesaba que se había dopado desde que era menor de edad: “I did doping in my career…I did”. Su hematocrito también era alto. La verdad duele Beke, mucho, por eso bajas la cabeza. Nina ya la levanta ¿Y tú? Tú no, desapareciste con 32 años, en la mejor edad de la carrera deportiva de un ironman. No te echamos de menos, no vuelvas.
Como hemos dicho antes, la
siguiente en la lista es Nina Kraft. Solo 20 días después del positivo de Beke
estalló la noticia del de Kraft. El mundo del tri se convulsionó. Pero mientras
con Beke callaban, esperando la resolución del miserable proceso que el belga
había iniciado tras negarlo todo, con
Nina se cebaron. La alemana confesó su dopaje sin pedir el contra-análisis de
la muestra B y los mayores hipócritas del trideporte empezaron a ladrar. Los
primeros y más importantes fueron estos dos: Normann Stadler y Lothar Leder.
Por favor, gravémonos con sangre y fuego estos dos nombres, porque saldrán por
aquí, y no debemos olvidar que en 2004 acusaban, acosaban y machacaban a Nina
por su confesión ¿Sabéis por qué? Por los sponsors, todo el famoseo del tri tenía un miedo
tremendo a que los positivos alcanzaran repercusión mediática y los sponsors volaran, vivían de ello. Por eso no podían aceptar la verdad de Nina, por que
la verdad duele. Pero, un momento, si Beke había dado positivo en 2004 ¿Cómo es que compitió en Hawaii en 2005 y 2006? Pues por lo de siempre, el belga defiende su inocencia, y tras un largo proceso de un año gana. Sin embargo, este caso no es como los anteriores, no, este es especial. Por muchos motivos - la sustancia, el teatro del belga, lo de Nina y las repercusiones posteriores - este caso merece una atención especial. Ya hemos explicado en artículos anteriores que el método de detección de EPO era muy permisivo, se colaban casi todos, y por ello en 2004 se endurecieron los criterios, eso provocó un aumento de los positivos pero añadió incertidumbre por la novedad del método, esta incertidumbre la aprovecharon algunos para buscar nuevas excusas. Nada más hacerse público el positivo, su equipo médico se pone manos a la obra. La primera declaración del Dr. Jan Olbrecht fue que dado el alto hematocrito de Beke ellos ya sabían que acabaría teniendo problemas. Vale tío, que ha dado positivo en un control de orina ¿Qué tiene que ver eso con su hematocrito? Poco, pero gracias Dr. Jan, gracias por confirmarnos que Beke compite con ese hematocrito, algo muy frecuente en los ciclistas de esa época. El siguiente movimiento de su equipo de médicos y abogados (Katalyst Multisport Management y Arinso Bik Triathlon) es presentar las alegaciones, o lo que es lo mismo, todas las excusas imaginables en el mundo del dopaje: las muestras fueron contaminadas por una bacteria, los parámetros hematológicos de Beke son diferentes de los demás y que Beke produce cantidades ingentes de una proteína tras un esfuerzo extremo (triatlón olímpico) que da positivo por EPO en el control. Coincidentemente esa proteína es la que habían encontrado los de la WADA en investigaciones anteriores. Los médicos de Beke sabían lo que buscaban. Ellos mismos en sus alegaciones responden a la pregunta del millón: vale, Beke produce esa proteína ¿Por qué no ha dado positivo en otros controles, Hawaii 2004, por ejemplo? El calor, la deshidratación y el esfuerzo extremo en la prueba belga son la respuesta. Varios científicos de universidades belgas asesorados por el equipo médico de Beke meten al belga en el laboratorio y demuestran que en un 5% de las muestras da falso positivo por esa proteína. La comisión de disciplina flamenca, el CSD de su pueblo, le da la razón, falso positivo y demanda económica a la WADA por el daño causado. La demanda de 125.000 € no prospera y Beke nos escribe un libro para contarnos su desgraciada historia. “Ik niet”, o lo que es lo mismo: lo siento. Perdón, no, no es eso, Beke no es Nina, Beke nos dice “Yo no”. Lo sentimos Beke, hemos sido muy injustos contigo. Eres probablemente el único deportista de la historia que produce esa proteína, que mala suerte tuviste. Los demás tuvieron otros problemas, conservación de muestras, muestra B negativa, etc. Pero los que confesaron eran verdad, y esos son los que están de nuestro lado. Es más, la ciclista canadiense Genevieve Jeanson también fue falso positivo gracias al informe de uno de tus médicos rurales. En 2005 tus médicos demostraban que la chica meaba proteínas, en 2007 ella misma confesaba que se había dopado desde que era menor de edad: “I did doping in my career…I did”. Su hematocrito también era alto. La verdad duele Beke, mucho, por eso bajas la cabeza. Nina ya la levanta ¿Y tú? Tú no, desapareciste con 32 años, en la mejor edad de la carrera deportiva de un ironman. No te echamos de menos, no vuelvas.
Y tras el novelesco episodio de la vasca nos encontramos con el segundo caso de dopaje admitido por el sector oficial del trideporte. Otra vez gracias a la confesión de una triatleta honesta, como nosotros, como la mayoría, no como el mal llamado “mundo” del tri. Brigitte McMahon, la campeona olímpica del 2000 nos demuestra que también entre las féminas había engendros, positivo por EPO. Un control sorpresa de la federación suiza manda a la campeona olímpica a su casa para siempre. La suiza confiesa aunque no dice quien le suministró la EPO y nos cuenta que sólo fue esa vez ¿Nos lo creemos? … Al ser un caso admitido por el mundo del triatlón ya fue comentado en su momento. Sin embargo, faltaba un dato muy importante, la suiza entrenaba desde 2003 con el seleccionador canadiense en los JJOO de Sydney, sí, ese que convirtió a Whitfield en campeón. El canadiense Lance Watson preparaba a Brigitte y a otros triatletas ganadores. Joel Filliol le dio el relevo en el equipo nacional de Canadá. Mismos rendimientos, mismos métodos.
El año 2004-2005 fue duro para el trideporte. El positivo de Nina hizo mucho daño en el mundo del tri, tanto que es el último positivo del Ironman de Hawaii, en 12 años y con numerosos casos en otras pruebas, allí no ha habido ninguno más. Tampoco en los JJOO. No se lo creen ni ellos. Es la gran mentira de este deporte.
Una vez pasado el turbulento año 2005, las aguas se tranquilizan y entre septiembre de 2005 y septiembre de 2006 el trideporte se encuentra con pocos sobresaltos. En 2005 un alemán vuelve a ganar en Hawaii, Peter Reid alcanza su último podio con 36 años, Beke hace cuarto y Pontano y Vuckovic se meten en el top 10. En chicas Natasha Badman, compatriota de Brigitte, cierra su ciclo, dos australianas se meten en el podio, Katja hace quinta después de su no-sanción y Vir, la ganadora de Lanzarote, se baja de la bici entre las 15 primeras pero pasa apuros para acabar. En Junio tenemos un caso importante que dejaremos para el próximo capítulo. Y llegamos al campeonato del mundo de 2006, la gran fiesta del Ironman. Vuelve a ganar un alemán, siendo segundo el aussie amigo de Armstrong, Macca, y tercero otro alemán, Beke repite cuarto puesto, Eneko se mete quinto después de cinco DNF en pruebas Ironman, otro belga sexto, Vuckovic baja al puesto catorce y Luc el hombre-record es decimosexto. En chicas y con la cuarentona Badman hundida, gana la australiana Jones, la alemana Katja sin suplementos hace lo que Vir un año antes, correr en 4 horas. Más de lo mismo, rutina. Pero no, este año es especial y el 16 de noviembre el mismísimo presidente de la ITU, Les McDonald, suelta el rumor, el rumor se extiende y empieza a ser noticia, el servicio de noticias de Slowtwitch lo confirma: 3 positivos en Hawaii. (jarraitu beharreko…)
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