Hace pocos meses un triatleta era
acusado de haber organizado la trama de dopaje más sofisticada del deporte. Un
chico que empezó en el triatlón antes de los 17 años, era a sus más de 40 el
mayor dopado de la historia. Él mismo confesó, tras una persecución y
acorralamiento sin precedentes, que se había dopado pero que no más que el
resto de sus contrincantes. Y lo malo es que casi tiene razón. Así son los
triatletas, no tienen miedo a la muerte.
Esta introducción cargada de ironía
podría parecer insultante para los triatletas “auténticos” esos que viven en la
época dorada del triatlón. Pero si repasamos los últimos acontecimientos del
triatlón en España, podríamos concluir que la realidad está más cerca de lo
expuesto en el párrafo anterior que de la imagen que los medios venden del
triatlón ¿Ironmanes o drogados? Ni lo uno ni lo otro, deportistas como
cualquier otro, con sus grandezas y sus miserias.
Los casos del positivo en el
triatlón de Bilbao de Virginia Berasategui, hija del pionero Javier
Berasatagui, y de los triatletas implicados y sancionados tras la operación
Cursa (Xabi Llobet, Francisco Pontano, etc.) han dejado ver la triste realidad
del triatlón. EPO, Hormonas, Anabolizantes, cafeína y efedrina son las
sustancias usadas por estos “triatletas” para conseguir sus patrocinios. Todo
muy lejos del pulsómetro, manillar aero y régimen espartano de vida que
acompaña la imagen que los medios dan de estos “deportistas”. Sería injusto
meter a todos en el mismo saco, especialmente si tenemos en cuenta la
diversidad de deportistas y gentes que practican y compiten en el trideporte.
Pero también es verdad que estos casos no son nada más que la punta del
iceberg. Solo hay que buscar un poco, interesarse un mínimo para ir sacando
datos que nos llevan a sacar una conclusión muy clara, el triatlón es uno de
los deportes más contaminados por el dopaje del momento.
En este blog iremos desgranando uno
a uno los casos de dopaje y de otros asuntos oscuros que afectan al triatlón.
Intentaremos mantenernos en la legalidad pero usaremos nuestro lado perverso
para sacar la cara más fea de cada caso. No se trata de acusar a nadie de una
falta o delito que no ha cometido, pero sí de hacernos preguntas que no tienen respuesta
y de levantar las dudas acerca de personajes y situaciones que no son normales.
La realidad del triatlón actual es mucho más que el nuevo record de Hawaii en
categoría femenina, o el nuevo record del Ironman de Niza, o el rendimiento tan
alto de los GGEE. No nos podemos quedar en eso, hay que buscar a los
responsables de que no podamos creer que el record de Niza es fruto solo del
sacrificio y del entrenamiento. No podemos sentarnos y decir “Virginia ha
manchado el triatlón”, porque antes de Virginia había doping y ahora que se va
sigue habiéndolo, hay que reconocer que ha sido el triatlón el que ha manchado
a Vir, y lo peor es que los que la han usado como clienta siguen sueltos sin
que nadie les señale, ¿Nadie? ¿O casi nadie?
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