martes, 22 de marzo de 2016

Casos de dopaje en el trideporte (II): Lo que la verdad esconde




Ocho casos de dopaje en el triatlón, cinco campeones y tres triatletas modestos. Esa es la verdad admitida por el mundo del triatlón, se ha escrito hasta un libro sobre ello. El primer caso en 2004, más de 24 años después del primer Hawaii y solo 4 años después de las primeras olimpiadas. Entre 1998 (Caso Festina) y 2004 nada, limpieza absoluta. Barra libre en atletismo y ciclismo, y vida sana y saludable en el mundo del tri. En 2004-2005 mejora el método de detección de EPO y saltan 4 casos de campeones, dos de ellas confiesan y son sancionadas, los otros dos recurren y son salvados. Asco de hipocresía.  
Pero ¿Qué se esconde detrás esa verdad “oficial”? Al contrario que en el ciclismo y el atletismo, el ocultismo y el blindaje del mundo del tri han funcionado, desde las altas esferas hasta la hipocresía que invade el tripostureo de muchos triatletas frente al dopaje. Camisetas contra el doping, publicidad de los controles que pasan, denuncias públicas poco creíbles y una especial connivencia con personajes muy dudosos convierten al triatlón, un deporte individual, selecto y humilde, en una compleja organización mafiosa, donde todo se esconde. La verdad “oficial”, por tanto, esconde otra realidad, una realidad que casi nadie quiere reconocer, porque nuestro deporte está limpio, dicen. A falta de datos oficiales, vamos a tirar de memoria triatlética y referencias para hacer una lista cronológica de casos de dopaje. Esta lista no incluye rumores, ni relaciones con médicos, ni rendimientos asombrosos, solo casos en los que hay evidencias (sustancia), o sea, sanciones, positivos, falsos positivos, confesiones y/o tráfico, como en ciclismo y atletismo:


Todos los que llevamos un poco de tiempo en esto del tri nos acordamos de Scott Molina, Terminator, su pseudónimo venía de su condición de ciborg, mitad humano mitad cibernético, o más bien farmacocinético. Pero qué pasó realmente con Molina. Bueno, pues es el primer positivo reportado del mundo del triatlón. Era Septiembre del año 1988 y Molina como todos los años disputaba el triatlón de Niza junto a los “Big Four”, Allen y los otros Scotts. Al acabar la prueba, control. No era del circuito IM y los controles empezaron antes, y Molina dio positivo por nandrolona…uno de los cuatro magníficos (the big four) usaba uno de los esteroides más detectados en los controles antidopaje de deportistas de élite de muy alto nivel (Guardiola, De Boer, Meca, Merlene Ottey y Linford Christie entre otros), casi nada. Un mes después, en Octubre, y con la ausencia de Scott, la maldición de Allen y los efectos de la nandrolona en su cuerpo, Molina se proclama campeón del mundo en Hawaii. Las sanciones en 1988 eran de multa y pérdida de tiempo en la clasificación general, por eso Molina pudo correr en Hawaii, pero nunca más lo hizo en Niza, aunque sigue apareciendo en el palmarés como segundo ese año. El primer positivo del tri se castigó con un campeonato del mundo, merecía la pena el riesgo. En ciclismo ese mismo año Theunisse, del PDM, daba positivo en el Tour por otro esteroide, testoesterona, ciclismo y triatlón, mismos rendimientos, mismos métodos. Molina es uno de los grandes del tri, protagonista de la época dorada del Ironman. Más de 100 primeros puestos en su haber, entre ellos Embruman 1991, el Ultraman, el Powerman y ese Hawaii de 1988. Una de las leyendas del tri, como se ve en la foto. Y alguno se preguntará: si solo Molina fue sancionado ¿Por qué aparecen en la foro los cuatro Big Four? Buena pregunta, la respuesta es el Dr. Herman Falsetti, y trataremos el tema en futuros artículos. Por ahora os digo que sólo uno de los Big Four no usaba sustancias ni médicos “transfusionadores”, uno que le costó 7 años vencer al ironman, uno que aparentemente está por encima de los demás, muy por encima.

El segundo caso conocido de dopaje en el triatlón tarda 6 años en aparecer, era el año 1994 y la que iba a ser campeona de Hawaii el año siguiente, Karen Smyers, da positivo por morfina. El escándalo es mayúsculo pero trasciende poco, la morfina proviene de las semillas de amapola y la americana se salta la sanción y el escándalo. Al año siguiente la Smyers gana Hawaii, con Paula completamente desfondada, y el campeonato del mundo de Larga Distancia. Es curioso que los dos primeros casos sean de americanos y que los dos ganaran Hawaii al año siguiente, cosas del trideporte. Karen es una de las triatletas que ganó títulos en distancia olímpica y en Ironman. Serían las amapolas. El siguiente caso es en 1998, cuando el ciclismo llevaba casi 10 años de barra libre de EPO, decenas de sancionados y alguna operación policial con detenciones, el triatlón saca su tercer positivo: Olivier Bernhard ¿La sustancia? Nandrolona, vaya, la misma que Molina, que coincidencia ¿No? El triatleta suizo es un grande del triatlón, ganador de varias pruebas Ironman, muchos podios y vencedor del Powerman de Zofingen en ocho ocasiones, tardó varios años en ganar su primer Ironman, 1998, y el esfuerzo le hizo orinar nandrolona. Al año siguiente en Hawaii acaba quinto, su mejor puesto en Kona. El mundo del tri le perdonó su positivo por nandrolona, como a Molina, pero Olivier, como todos los de su especie, nos demostraba que lo de la nandrolona fue un error, pero no por lo que él nos quería hacer creer, no, si no por todo lo contrario, fue un error por perdonarle. Muchos años después se descubre que Olivier era pupilo del Dr. Ferrari desde… 1998, y veraneaban juntos en St. Moritz, uno de los campamentos base de Ferrari, donde "il Dottore" le controlaba el hematocrito. En 1998 no había controles de sangre, ni se detectaba la EPO, de hecho hasta 2004 no se detectó en el tri, en 2005 Olivier dejaba el triatlón de competición para siempre.

El mismo año que Bernhard, otro triatleta encuentra que su cuerpo desprende cantidades inhumanas de nandrolona tras el esfuerzo: Spencer Smith. Es otro gran campeón, esta vez ITU. Spencer es de los pocos que ganó a Simon Lessing antes de la internacionalización de la EPO. Smith fue Campeón ITU en 1993 y 1994, tenía 20 años y es el campeón ITU más joven de la historia. Sin embargo a él le gustaba la larga distancia y en 1996 consigue la medalla de bronce en el campeonato del mundo ITU de larga. En 1998 compagina corta y larga, gana el campeonato europeo ITU y participa en Hawaii haciendo quinto, pero no vale: da positivo por nandrolona, la misma droga que Molina y Bernhard. Se pierde las olimpiadas, pero tras un largo y farragoso proceso es perdonado, y en 2000 sigue su carrera triatlética finalizando octavo en Kona. En 2001 y 2002 gana dos pruebas Ironman pero no vuelve a aparecer por Hawaii. Aunque el caso de la nandrolona solo fue un error del laboratorio, parece que el proceso afectó a su rendimiento y no volvió a ser el mismo, a pesar de no haber cumplido los 30.

Después de estos tres casos vinieron las primeras olimpiadas triatléticas y las primeras en las que se controlaba la EPO en la orina, pero a pesar  del número de engendros triatléticos que se dieron cita en Sydney, no se encontró nada, limpieza absoluta. Unos años después cayeron cuatro, uno tras otro, demasiado tarde.

El primero en caer fue el alemán Stephan Vuckovic, medalla de plata. Vuckovic era un triatleta del montón que en el año 2000 sorprendió al mundo del triatlón con su valiente ataque al oro olímpico, Whitfield le arrebató parte de la gloria en un portentoso sprint de 500 metros en los que viniendo 50 m. detrás, le sacó 100 m. en meta. La siguiente aparición de Vuckovic fue en 2002, en la prueba del campeonato del mundo de Frankfurt, Vuckovic ya no era el mismo y en 2004 no fue capaz de conseguir la mínima para los JJOO de Atenas. Se pasó a la larga, y en sus primeros años ganó una prueba ironman y fue 10º en Hawaii y primer novato. Pero nunca más consiguió acercarse a lo que apuntaba en aquel día de verano del 2000 ¿Qué había cambiado en el alemán entre el 2000 y 2002? Pues mucho. En Junio de 2001 viaja a Chequia a disputar su primera prueba desde la plata olímpica, pero el día antes ingresa en el hospital con un fallo orgánico múltiple en riñones e hígado. Después de tres días en la UCI debatiéndose entre la vida y la muerte, el alemán consigue su mejor victoria, la vida, y confiesa a los médicos que tomaba EPO. Este episodio tiene efectos serios en el rendimiento de Vuckovic que no vuelve a ser el del año 2000, sin embargo la confesión se pasa por alto en el mundo del triatlón, que está acostumbrado a tapar, perdonar y olvidar estos episodios. Se pasa por alto hasta 2008, año en que Vuckovic aburrido de ser un triatleta del montón decide dar un giro a su carrera y presentarse a presidente de la Federación triatletica de su pueblo (el Merchán alemán). La presidenta rural en ese momento se pone en contacto con el presidente de la Federación Alemana y sacan a la luz la confesión de Vuckovic que tenían guardadita en un cajón. La sucia jugada desencadena un proceso de ataques verbales y legales que acaba con las ambiciones políticas de Vuckovic, quedando por tanto sin sanción, aunque con ese pasado nunca debía haber llegado ni siguiera a presentarse. Aquí, en España, tenemos a Merchán para recordarnos lo bien que luchamos contra el dopaje. Ya hemos localizado al primero de los engendros que robaron a Lessing la gloria olímpica en Sydney 2000.


Con los síntomas de la resaca del oro olímpico del canadiense Whitfield todavía latentes, la Federación de su país se enfrenta en 2002 a dos positivos en pocos meses. Los triatletas canadienses Kelly Guest y Mike Vine dan positivo en los juegos de la Commonwealth y en el XTerra respectivamente. Su Federación no se anda con tonterías, cuatro años de sanción. La sustancia, Nandrolona, otra vez ¡A ver si va a ser una epidemia! No, simplemente es un potente anabolizante que aumenta la fuerza y la producción de glóbulos rojos, y en consecuencia mejora la recuperación, pero la produce el cuerpo en pequeñas cantidades y por eso muchos deportistas la usan, porque legalmente pueden ganar el proceso. La cuestión es: si todos producimos nandrolona ¿Por qué no damos todos positivo? Y sobre todo ¿Por qué solo dan una vez y luego dejan de rendir igual? La respuesta es clara. Pero lo más importante no es la sustancia, no, lo realmente destacable es el nexo de unión de estos dos modestos triatletas canadienses: Joel Filliol, entrenador del equipo canadiense de tri en 2002. Recién estrenado en el cargo, se presenta en la escena internacional con esto. Mal empezamos Joel, mal empezamos.


El siguiente caso es el del primer español, Xavi Llobet. El triatleta que en 2013 compraba medicamentos a un ex-ciclista traficante de sustancias dopantes dio positivo con cafeína a finales de 2002. La sanción la cumplió en invierno, 3 meses, casi nadie se enteró. Pero en 2013 cuando la FETRI propuso para él 3 años de sanción saltó la sorpresa ¿Por qué 3 y no 2? Pues por reincidente. Xavi en su objetivo de ir a las olimpiadas se hinchaba a cafeína, y fue. Hizo el ridículo y en 2008 dejo de ser triatleta ITU, aunque siguió en el circo, colaborando en revistas, campus y saraos varios. Todos los que colaboraban con él sabían lo de la cafeína y aún así se abrazaban al olímpico. Sabían muy bien a quien arrimarse, pero la revista Finisher cerró al saberse lo de la Op. Cursa ¿Boicot de los triatletas populares o mera coincidencia? Yo apuesto por lo primero, y en cierto modo me alegra, la mayoría de los triatletas no somos como Xavi. Sin embargo el catalán no fue el único español que dio positivo esos años. Una chica también cayó, no recuerdo el nombre y como tampoco se hizo público pues es imposible encontrar referencias y nos quedamos con las ganas. Lo que sí os digo es que la ley del silencio funcionó en ambos casos, una ley del silencio que domina este trideporte que tanto nos gusta.
Después del turbulento año 2002, entramos en 2003, año pre-olímpico, todos los triatletas ITU preparan con ansia la gran cita. Uno de ellos es el francés Olivier Marceau, el campeón del mundo en 2000 y otro de los de la generación olímpica que ganaron a Lessing el día olímpico. Pero desde aquel día Marceau ya no era el mismo, en 2001 no compite y en 2002 no acaba de rendir a ese nivel. El francés quiere estar en los siguientes JJOO y es tanta su ansia por estar en Atenas que cambia de nacionalidad para tener asegurada su participación, y desde finales de 2002 compite con bandera suiza. Pero eso no basta para hacer un buen papel en unas olimpiadas triatléticas, él lo sabe bien y su antigua federación también. A finales de 2003, poco antes del campeonato del mundo ITU, la policía francesa intercepta un paquete dirigido a su dirección pero a nombre de su mujer. El paquete contenía EPO. El franco/suizo niega todo y al final la sanción es solo para los que envían el paquete, y para un ciclista amateur amigo de Marceau que al parecer era el destinatario de la EPO. El asunto saltó a periódicos como L’Equipe y todos los medios, excepto los triatléticos, se hicieron eco de la noticia. Pero Marceau era campeón del mundo y se jugaba dos años de sanción y las olimpiadas (la federación Suiza las gasta así), y al final el ciclista amateur cargó con la culpa. El franco-suizo enfangó tanto el asunto que publicó los datos de sus controles, los cuales mostraban cosas raras, tanto que poco después los quitó de su web. Pero la parte importante del asunto es ¿Por qué la gendarmería francesa intercepta ese paquete que va dirigido a la mujer de Marceau?  Además de eso hay que recordar la exhibición de aquel día de verano del 2000. Escapado en la bici, sacaba un minuto de ventaja al grupo de los favoritos y aguantó en solitario hasta el km 7 de la carrera a pie, entrando por delante de Lessing ese día. Fue el único de los diez primeros de Sydney que se metió en el top 10 en Atenas 2004, repitiendo diploma. Campeón del mundo en 2000 y bronce en 2003, diploma en Sydney 2000 y Atenas 2004, y el resto de su carrera en blanco salvo los campeonatos XTerra. Segundo de la generación olímpica involucrado en un asunto oscuro con la EPO, la droga que no era detectable en los controles del triatlón.
Y entramos en 2004, año olímpico, un año importante para el trideporte, pero no solo por eso, sino porque es el año en que se perdió la inocencia, aunque ya llevamos 8 casos, algunos de gente muy importante (Molina, Smith, Vuckovic y Marceau), en 2004 se descubrió la verdad. El año 2004 empieza tranquilo, la alemana Katja Schumacher da positivo por testosterona en IM Frankfurt. Otra droga dura y otro caso complejo, sancionado solo con 10 meses. Complejo porque se encontró la sustancia pero la triatleta enfangó el proceso con una de las excusas de siempre, un suplemento legal contaminado o el "me echaron droga en el cola cao". A los dos canadienses no les sirvió, pero en el deporte desgraciadamente la ley no es igual para todos. Katja era una veterana triatleta, ganadora de varias pruebas ironman, al acabar su sanción en 2005 acabó sexta en Kona, y siguió compitiendo hasta 2008, con 40 años, y cosechando buenos puestos. A pesar de ello no brilló en Hawaii, y cuando lo hizo fue en 2003 y 2005, justo antes y después del suplemento legal contaminado.
El siguiente caso de 2004 es el del belga Rutger  Beke, pero para cerrar este primer bloque, vamos a hablar antes del caso de la triatleta australiana Rebekah Keat. Después de su aplastante victoria en el ironman de Australia la Aussie da positivo con nandrolona!!! Más de tres veces la cantidad permitida, ciertamente esta chica sabía lo que hacía, sobre todo porque también se encargó de liar el proceso con el tema de los suplementos “legales”. Al final se levantó la sanción, pero estuvo en blanco tres años. Aunque fue campeona del mundo ITU en 1996 siendo junior, no consiguió ir a las primeras olimpiadas triatléticas y se pasó a la larga. Ganadora de varias pruebas Ironman, nunca hizo nada relevante en Hawaii, bueno sí, ser descalificada en 2009 por chupar rueda. Una artista la australiana.
Con Rebekah hacemos un alto en el camino de la verdad. El año 2004 fue el del positivo de Kraft, “oficialmente” el primer caso de dopaje del trideporte. Ya llevamos 10 casos, cuatro de ellos de grandes campeones. Pero los sucesos ocurridos entre septiembre de 2004 y septiembre de 2005 merecen un artículo aparte. Continuará...

lunes, 14 de marzo de 2016

Casos de dopaje en el trideporte (I): La verdad “oficial”


¿Cuáles y cuántos son los casos de dopaje en el triatlón? En deportes como el atletismo y el ciclismo esta pregunta tiene fácil respuesta, solo hay que buscar las clasificaciones de los últimos 20 años y es muy probable que los 10 primeros hayan estado sancionados, involucrados en falsos positivos, relacionados con médicos poseedores de pócimas mágicas, y/u operaciones policiales. Es sencillo. Sin embargo en el triatlón no. Es realmente difícil dar nombres o números, no hay casos, no hay referencias, no hay médicos, no hay operaciones policiales y, por supuesto, no hay sanciones. Hermetismo total y absoluto, como en tenis, baloncesto, natación o futbol. Deportes mediáticos, de una elite selecta, de gente bien. Si a esto añadimos que el periodismo triatletico es un periodismo rosa dedicado a vender "cabras", potenciómetros y los últimos modelitos de tri-trajes, tenemos el caldo de cultivo ideal para vivir en la ignorancia y el analfabetismo funcional sobre un problema que afecta al ser humano, que afecta al deporte y que afecta en consecuencia al trideporte.
Pero vamos a intentarlo. A falta de datos realmente oficiales proporcionados por federaciones nacionales, internacionales y organismo varios, vamos a alimentarnos de la enciclopedia mundial del deporte: wikipedia. Echando un vistazo a los casos de dopaje del atletismo encontramos 671 casos, en el ciclismo 329, en la natación 52, y en el trideporte, 8!!! Ocho únicos casos. Viendo los nombres, Virginia Berasategui, Tim Don, Dmitriy Gaag, Nina Kraft, Brigitte McMahon, Mariana Ohata, Wang Hongni y Michael Weiss, lo primero que uno piensa es: pero si hay alguno más, y enseguida nos vienen a la cabeza los nombres de Llobet, Pontano, Merchan, Arnes, Sergio Silva o Jurgen Zack. Y ahí empieza la primera trampa informativa del trideporte, en ciclismo y atletismo entran todos los casos, en triatlón no. La letra pequeña dice “casos de deportistas sancionados por uso de sustancias dopantes, o que han admitido su uso, o han sido juzgados por uso de sustancias ilegales, o han sido suspendidos por no pasar algún control antidopaje”. En los casos del atletismo y ciclismo la letra pequeña es la misma pero meten a Perico Delgado o a Carl Lewis que nunca fueron sancionados. O sea, en el trideporte no valen las sospechas, no valen las relaciones peligrosas, no valen los rendimientos asombrosos ni los falsos positivos, no, aquí si no hay sanción no hay dopaje. Una mierda, o mejor, una trimierda: Armstrong nos enseñó que eso no vale, nos enseñó que los controles no sirven para casi nada. Pero la nobleza del triatlón está por encima de la plebe atlética y ciclista, y la presunción de inocencia es sagrada: lo que no es positivo no es dopaje.
Bueno, pues a falta de datos oficiales fiables empecemos con estos ocho casos “oficiales” del triatlón. Por orden de importancia tenemos a:
Nina Kraft, la campeona de Hawaii en 2004, alemana. Tras unos años de adaptación (1998-2000) Nina llevaba una carrera meteórica en Hawaii, tres podios en tres años (2001-2003), pero siempre era superada por Natascha Badmann y/o Lori Bowden. En 2004 todo cambia y Nina gana sobrada, pero no parece muy contenta y entra en meta como queriendo esconder algo. Sin esperar el contra-análisis Nina confiesa, había tomado EPO. La hipocresía del mundo del triatlón carga contra ella. Tras unos años alejada del circuito IM ha vuelto a la elite y lo hace a lo grande ganando pruebas con más de 40 años. Pero ahora sí, Nina está feliz y se siente orgullosa de sus victorias. Nina hizo bien ¿Te has dopado? Vale tía, reconócelo, cumple tu sanción, te perdonamos y vuelve a competir, vuelve a ganar si puedes, pero esta vez no vas a tener aplausos, no vas a tener entrevistas, no vas a tener portadas en las revistas. El dopaje, el error, es perdonable, lo que no es admisible es la mentira, el engaño, la hipocresía. Por eso ahora nos alegramos, y aplaudimos que Nina haya vuelto, no nos engañó, es una campeona, siempre lo fue.
Brigitte McMahon, oro olímpico en Sydney 2000, otra de la generación olímpica. Una atleta que se pasa al triatlón en 1998, con 31 años. Sus comienzos, a pesar de su edad y experiencia, son modestos. En 1998 y 1999 no consigue ningún top 10, pero en el 2000, con 33 años todo cambia y la suiza acaba entre las 10 primeras en todas sus carreras. Evolución meteórica que la hace campeona olímpica en la primera olimpiada triatletica. Una gran sorpresa, como la de Whitfield. Después de su oro se toma un año sabático y reaparece en septiembre de 2001, con otro top 10. A partir de ahí alterna top 10 con malos resultados hasta 2004, año olímpico, y Brigitte con 37 años no consigue ni diploma. Al año siguiente en un control sorpresa de su federación da positivo por EPO, confiesa su dopaje y sale por la puerta de atrás de la elite del triatlón. A pesar de reconocer que tomó la sustancia que aparece en el control, la suiza dice que sólo la tomó en 2004 y por motivos de salud. Pero resulta que en 2000 la treintona ya tenía valores anómalos en su sangre y su marido y entrenador trabajaba con Urs Boutellier, un científico experto en los efectos de la EPO en el rendimiento. Otra de la generación olímpica, otra mentira, otra tapada, al menos ésta también reconoció la verdad, aunque tarde, como todo en el trideporte.


Dmitry Gaag, campeón del mundo ITU en 1999, derrotando al mismísimo Lessing. Gaag nació el mismo año que Lessing y siempre había quedado debajo del inglés, pero en 1999, un año antes de las olimpiadas y con el caso Festina del ciclismo todavía caliente, Gaag vence por primera vez al tetra-campeón. Lessing nunca más volvió a subirse al podio de un título mundial. Al año siguiente Gaag solo puede quedar cuarto en los JJOO de Sydney, cuatro años después, en Atenas 2004, él y 6 de los otros 8 que superaron a Lessing en el 2000 se arrastraron y entraron muy por detrás del top 10, solo Marceau pilló diploma. Pero ese año el kazajo volvió al podio del campeonato ITU, medalla de bronce. En 2008, con 37 años recién cumplidos y todavía compitiendo al máximo nivel en pruebas ITU, Gaag da positivo por EPO. Dos años de sanción y en los podios no se le volvió a ver el pelo, el poco que tenía. Nueve años, nueve, de éxitos deportivos, ganando entre otros a Simon Lessing, uno que sabemos que iba limpio. A los demás quizás no les quitó nada que merecieran más que él, pero Simon merecía más y se lo robaron, Ali Gaag y los 40 ladrones.

Tim Don, otro campeón del mundo ITU, 2006, año en el que se salta tres controles sorpresa y la federación británica de atletismo le sanciona…3 meses!!! Para mear y no echar gota. La sanción se produce a finales de 2006, poco después de saltarse el tercer control. Al principio le prohíben ir a los JJOO de 2008 pero al final va, perdonado y tapado, una constante en la lucha antidopaje en el trideporte. El bueno de Tim, sin ayudas extra, es DNF. Aplausos!!! Tim ha seguido compitiendo desde entonces, con buenos resultados, pero no tanto como en 2006, aunque ahora corre más rápido. Hace dos años se pasó a la larga distancia, veremos qué tal se desenvuelve aquí. El caso de Tim es especial porque no se sabe si había algo ilegal en su cuerpo. Lo que sí se sabe es que lo escondía y que le ayudo a ganar el título mundial. Eran los años en los que entrenaba con Brett Sutton, el entrenador de las estrellas.



Virginia Berasategui Luna es la siguiente en la lista en orden de importancia, aunque podría ser claramente la segunda si consideramos a Hawaii como el Tour de Francia del triatlón, la prueba reina. Tercera en 2009, cuarta en 2010, sexta en 2008, campeona del mundo de LD en 2003 (Ibiza) y tres medallas de bronce desde 1997 hasta 2010, ganadora del IM de Lanzarote en 2004 y 2005, y puestos top 5 en las pruebas ITU en las que participó entre 1997 y 2004. Definitivamente Vir merece ser la segunda de esta lista. Pero dejémosla aquí ¿Por qué? Pues hombre porque entre 2005 y 2013 todos sus títulos deberían ser anulados, simplemente por eso. Es verdad que entre 2005 y 2007 apenas tiene resultados relevantes, pero al contrario que los otros campeones pillados, Vir no cumplió sanción por el falso positivo de 2005, al contrario que Nina y Brigitte ella defendió su inocencia y se salvó, como lo hubieran hecho la alemana y suiza en caso de haberse defendido. En enero de 2013 no estaba en esta lista, unos meses después se ganó el honor. Reconoció su error, gracias por eso Vir, y ahora puede volver, pero no nos vuelvas a engañar, otra vez no.


Cinco grandes campeones del triatlón sancionados “oficialmente” por dopaje, bastante para un deporte con apenas 30 años de existencia, 26 si contamos cuando empezaron a hacerse controles y 16 si contamos su experiencia olímpica ¿Y los otros tres casos? Bueno, triatletas poco relevantes, Weiss fue biker olímpico con Austria y ya en el triatlón fue campeón del XTerra y tuvo algún puesto relevante, su sanción fue por estar implicado en el caso Humanplasma en 2005. Weiss empezó a cumplir los dos años en 2011 y volvió por la puerta grande al imponerse en el IM de Cozumel con un estratosférico registro ciclista, desde entonces se dedica a eso, a machacar los pedales porque en la carrera a pie no rinde como un triatleta. La china Hongni fue campeona de Asia en 2006 pero su carrera se vio truncada en 2007, cuando un control sorpresa mostró consumo de testosterona. La campeona asiática cumplió su sanción de 2 años y nunca más se volvió a saber de ella, una chica honesta, sabía que sin la testosterona no llegaría muy lejos. Y dejamos para el final a la brasileña Mariana Ohata, otra triatleta humilde que llegó a ser olímpica con Brasil y que en 2009 era sancionada con 6 años por ser la segunda vez que incumplía el reglamento antidopaje. Eso es lo que pasa cuando somos buenos con estos deportistas, reinciden, y lo suelen hacer a lo grande. El caso de Ohata pasaría desapercibido si no fuera porque su entrenador era Brett Sutton, el de las estrellas, y esto le pone a él directamente en una situación comprometida, dos de sus triatletas están en la lista "oficial" de sancionados, un 25%. En ciertos foros anglosajones se lo tienen en cuenta y tienen apuntados quiénes son sus pupilos, los iremos analizando poco a poco, porque se lo merecen.
Bueno pues esta es la lista “oficial” de casos de dopaje en el triatlón, la mayoría por EPO. Cinco campeones y tres modestos, cinco chicas y tres chicos, cinco antes de 2009 y tres después, un éxito de la actual presidenta española de la ITU, dos casos oficiales en 8 años (Weiss fue por su pasado) y una de ellas su “amiga” Vir. El triatlón está a salvo con Marisol. Pero como somos unos triatletas con el culo pelao no nos lo creemos, y vamos a elaborar nuestra propia lista, la auténtica, ya veréis que risa. To be continued…