martes, 25 de octubre de 2016

Rio de Janeiro 2016: “Panama vice”.


Este año ha sido año olímpico en Iberoamérica y eso ha tenido sus consecuencias en el deporte de por allí: dinero y programas olímpicos en todos los países del entorno para levantar el orgullo patrio. Ya pasó en Barcelona 1992 y en Londres 2012 entre otros. Pero este año de olimpiadas triatléticas ha sido diferente, la “diplomacia” británica ha actuado y la mafia del COI/IAAF ha buscado eliminar rivales, perjudicando no solo a Rusia, Kenia y China, sino también al país organizador y a los países de su entorno, toda Iberoamérica. Todos los programas olímpicos de esos países, toda su “inversión en deporte”, ha visto como el celoso control de la WADA y el COI ha acabado con sus aspiraciones de medalla. Desde 1968 no caían unas olimpiadas en la América hispana y cuando por fin se esperaba una revolución del deporte latino, ésta no se ha producido. Y eso que los síntomas eran buenos. Al menos igual de buenos que en México 68 y Barcelona 92. En aquel entonces México pasó de tener una medalla y ser el país nº 35 en medallas, al 15 con tres oros y nueve medallas en total, y España pasó de ser la 25ª en el medallero de Seúl 88 a ser la 6ª en el 92. Impresionante progresión, ahora sabemos por qué. Pero ni Brasil, ni sus vecinos han tenido semejante mejoría. Brasil ha pasado del puesto 22º al 13º, gracias a 4 oros más, porque en el total solo ha mejorado en 2 preseas. Sus vecinos ni eso, Cuba y Jamaica se han mantenido igual y los mejores han sido Colombia y Argentina con 2 medallas de oro más, el doble que en 2012, pero una miseria comparado con los 13 oros de España en el 92. Es más, México se ha quedado sin oros, a pesar del esfuerzo en todos los deportes.

Desde 2012 los programas olímpicos de los paises de Iberoamérica estaban en marcha y eso ha contribuido a aumentar el número de casos de dopaje por allí. Ciclismo, fútbol y atletismo se han visto afectados. Y el trideporte también. Aunque ni en el triatlón de Marisol, ni en el del COI, vamos a ver un caso de dopaje, y menos si es de un país hermano, así que por ahí no vamos a encontrar mucho. Pero cuando las drogas deportivas llegan a un gremio se extienden como una plaga y podemos ver como los casos de triatletas iberoamericanos en Ironman copan la lista de los últimos años: Carolina Dementiev (Panamá), Kareen Human (México), Bruno Lanzaretti (Brasil), Sylvia Helena Fusco (Brasil), Lotti Harari (Panamá), Iván Albano (Brasil). Muchos de ellos son GGEE, claro, a los “figuras” no se les toca. Los patrocinadores, ya saben ustedes. Pero lo curioso es que la mayoría son de Brasil, país anfitrión de Rio 2016, y Panamá (Human tiene licencia de allí). Y con drogas duras como EPO. Curioso, curioso. En la distancia Ironman no había JJOO y los casos de dopaje se han disparado, mientras, desde 2012, Marisol  no ha sido capáz de pillar ni a un ITU iberoamericano en sus numerosos y costosos controles ¡Aplausos para Marisol! Pues bien, puestos en antecedentes, voy a contar la historia que me motiva a escribir este artículo. Hace unos años y con motivo de la promoción de un nuevo producto deportivo tuve que vivir 2 años en Panamá. Allí me relacioné con el selecto grupo de triatletas panameños. Aunque estuve en un Club de Triatlón local, no competí, pero mi trabajo era llevarme bien con ellos y promocionar los productos. Por tanto puedo contar desde dentro la visión de un problema que rebasa las fronteras del trideporte: Corrupción en Panamá.


 Panamá es una tierra de contrastes, paraíso natural y rascacielos. Recursos naturales y paraíso fiscal. Y esos contrastes se encuentran en sus gentes: humildad y mafia. Allí no hay secretos, los ricos “rabiblancos” hablan y todos los demás lo aceptan como verdad y lo callan. Y esos contrastes se ven en el triatlón, un deporte de “niños bien” con mucho dinero, pero poco nivel deportivo, al menos hasta el 2012. El tri en Panamá empezó hacia el año 2000, y como en el resto de deportes ha estado sin ningún tipo de control en temas de dopaje. Ante la ausencia de controles era frecuente ver participar en todos los deportes a atletas ya sancionados, como Alene Reta en la maratón, y otros colombianos que estaban “bajo la lupa”. En el trideporte se pudo presenciar la exhibición del triatleta Lance Armstrong el año que no le hicieron el control antidoping a los tres primeros. También estuvo allí Laurent Jalabert, aunque muy lejos de los rendimientos que le hicieron famoso en el Tour de Francia. Y el mismísimo Noya, que ganó en 2014, pulverizando el tiempo ciclista de Armstrong. Este año ha sido Lionel Sanders el que ha volado en la bici marcando una media de casi 46 km/h. Pero justo en esos años (después de London 2012) empezaron a salir casos dopaje en el deporte panameño. Futbolistas, ciclistas, y … triatletas. El primer caso del trideporte panameño fue el de Lotty Naimark de Harari (Lotty Harari), la primera profesional de IM en Panamá. Su primera participación en Hawai, en 2013 con 43 años, y la pillan con DHEA, una droga dura, dos años de sanción. La panameña dijo que se estaba medicando y que no sabía estaba prohibido, pero es lo que nos cuentan siempre. Y con Lotty empezó todo, el deporte panameño había alcanzado la madurez. Y yo andaba por allí y me puse a preguntar ¿Con quién entrenaba Lotty? ¿Quiénes eran sus amigos/compis de grupeta? ¿A qué club de triatlón pertenecía? Y me contaron muchas historias, historias que apuntaban al selecto club de triatlón de Lotty antes de 2013: el Total Training Team (TTT). Y a un entrenador argentino: Ronan Pavoni. La verdad es que Lotty no estaba en el TTT cuando dio positivo en 2013, la llevaba ya su coach colombiano, Luis Ernesto Sierra, muy relacionado con el ciclismo de Colombia desde el año 2000. Pero toda la iniciación y trayectoria de Lotty hasta ese momento había sido en el TTT y allí aprendió lo importante, el secreto para tener éxito en el trideporte.


 La historia de Lotty es muy común en el triatlón de Panamá, ella es de buena familia y además está emparentada con uno de los hombres más ricos de allá, un judío dedicado entre otras cosas a representar marcas de ropa, perfumes, relojes, calzado, y también de marcas deportivas como Nike, Under Armour, Asics y Fila. Ser rico en Panamá es sinónimo de una cosa: compañías offshore (la zona libre de Colón, un puerto donde nadie mete las narices y está libre de impuestos). Y ese es nivel económico del triatlón panameño: offshore. Lotty se inició tarde en el tri, con 40 años, pero de la mano de Lucho Sierra y Ronan Pavoni ya consiguió en su primera prueba IM (Frankfurt 2012) la clasificación para Hawaii 2012, con un segundo puesto en su GGEE40-44. Ella ha sido la única Pro de Panamá en distancia IM, lo fue en 2011 y  luego después de cumplir su sanción en 2015. En hombres sólo está el pro Ernesto Fernández, sin nivel de pro aunque vive como tal, y en ITU podemos contar a Billy Gordon, un superclase, y a Ronan Pavoni. La realidad es que en Panamá podría haber más Pros, pero para qué, muchos GGEE panameños ganan más con patrocinios que algunos Pros españoles. Sin profesionales de relieve en 2012 hubo 8 panas en Hawaii en GGEE, liderados por el coach Ronan Pavoni y la mitad con tiempos cercanos a las 9h y con primeros puestos en sus GGEE. Para ser un país con poco más de 200 triatletas en activo no está mal. En 2015 cuarenta triatletas españoles estuvieron en Kona, con sólo 5 chicas, casi como las panameñas. Lo curioso del caso de Lotty es que dio positivo en Hawaii en 2013, cuando no consiguió acabar, DNF. Imaginamos que la hicieron pasar control por su rendimiento de Texas, donde ganó en 40-44 con un parcial ciclista de 34 km/h, mejor que muchas pros. La trayectoria de Lotty es meteórica, en 2012, su primer año, no consiguió acabar en el IM 70.3 Panamá, en 2013: 4h55´54 (2h47 en bici) y clasifica a Kona. En 2016 después de la sanción y 46 años hace 15 de las chicas y se marca 4h33 con 2h22 en bici. Estos datos son importantes para entender qué se está moviendo en el trideporte de Iberoamérica. Ya en 2013 la WTC estaba buscando algo, sus razones tendría.


Lotty acaba su sanción en octubre de 2015 y en febrero de 2016 se presenta como pro en el Ironman 70.3 de su casa. Lotty, con 46 años, hace 13ª en la clasificación pro femenina,  aunque es superada por primera vez por una triatleta panameña, Carolina Dementiev, que junto a sus  TTTriamigas, Cristina Mata y Kareen Human encabezan la lista de ganadoras en sus GGEE. Pero este año ha sido el primero en el que se hacen controles en el triatlón en Panamá, y la franquicia IM quiere dar ejemplo con los GGEE (los pros sí pasaban control). El rumor se extiende como la espuma, al menos una pana ha dado positivo. Como siempre, se intenta tapar el escándalo y todas callan. Con tanto silencio todo el mundillo triatlético de Panamá mira a Lotty, que a pesar de quedar lejos de las primeras pasó control, pero no. No es Lotty. Las dos triatletas locales que han dado positivo son la mexicana Kareen Human y la Miss panameña Carolina Dementiev. La sustancia, el esteroide Clostebol, en las dos. La Miss Panama se confiesa inocente, aunque argumenta que fue su error no informarse acerca de la composición de la crema y espera que su caso sirva como aviso y ayuda a otros triatletas. En un mundo ideal, en el que los deportistas muestran ser personas honradas y en el que se puede tener fe ciega en los controles antidoping, sería difícil no creerla. Pero nos han engañado demasiadas veces. En muy pocas ocasiones reconocen su error, y cuando lo hacen siempre ha sido una mano negra, o una crema. Si a esto le sumamos que la otra que dio positivo por Clostebol fue su TTTriamiga Human, que ambas son del mismo equipo (Total Training Team), que ambas están patrocinadas por Under Armour (marca del jeque Harari y de su gerente Luciano Miguel), que ambas entrenan siempre juntas, bajo las ordenes del argentino Ronan Pavoni (un gurú que hace que todos sus triatletas vuelen en pruebas IM), y que varios deportistas panameños ya habían dado positivo con Clostebol en controles realizados fuera de Panama, se nos hace muy difícil confiar en Carolina. Demasiadas casualidades. Para colmo Dementiev anuncia públicamente al dia siguiente del IM en Panamá, sin saber el resultado del control, que se retira dos años de las competiciones para dedicarse a sus negocios, y ahora resulta que en el inicio de su sanción la Miss va a ser mamá. Nuestra mas sincera enhorabuena, así ya no tendrá más parones en su meteórica carrera deportiva. El business es lo primero. Por supuesto el Comité Olímpico de Panamá no ha hecho nada por menear el caso, y al igual que la UTP (Union de Triatlon de Panamá) todo el mundo guarda silencio. Un poco de cremita para todos ellos no les vendría mal, pero que miren la composición antes no vaya a ser que…

Quizás Dementiev no es una deportista ejemplar, quizás también nos ha mentido, quizás seguirá usando cremitas, pero, y esto es una opinión personal, viendo su confesión hay que reconocer que demuestra una gran deportividad. Y eso es de agradecer. Si se comparan sus explicaciones con las de Vir, McMahon, Contador, Marta o Virenque, uno tiene que reconocer en lo más profundo que esta chica merece una segunda oportunidad. Primero por tomárselo como parte del juego, te arriesgas y te pillan. Y segundo por no echarle las culpas a algún poder oculto que la ha tomado contra ella. El dopaje es parte del deporte y evitarlo y sancionarlo es misión de los que compiten limpios. Un positivo no intencionado no es el fin de la vida deportiva, y todo el circo que algunos se empeñan en montar no hace sino esconder la verdad de todo esto: no saben competir sin doping. Cuando el doping es el modo de vida de un deportista, cualquier otra opción significa quitarse la careta, y eso es lo que quieren evitar. Que descubramos la verdad.

 Como es fácil imaginar, estos 3 casos de dopaje son solo la punta del iceberg del triatlón en Panamá, porque allí algo se cuece desde hace tiempo. Hay muchos rumores, rumores que luego se ven confirmados por algunos resultados sorprendentes. En el mismo club que Dementiev y Human hay triatletas que andaban mucho y que de repente, tras los dos positivos han dejado de rendir al mismo nivel que hace un año. Cristina Mata, amiga y compañera de entrenos de la miss y la mexicana, las tres mosqueteras. Hasta este año Lotty, Caro, Cristina y Human eran la cremme de cremme del triatlón en Panamá. Todas han entrenado con Pavoni, todas han pasado por el TTT y las tres últimas son uña y mugre “como dicen por allá”. Mata además esta patrocinada por el gerente de Under Armour, el argentino Luciano Miguel, íntimo de Pavoni. Con cualquiera que hables sobre Mata te contará que era una atleta mediocre en las tres disciplinas, pero que entrenando muchas horas ha conseguido un nivel de pro. Un día corre un IM, y el domingo que viene un Maratón, y al siguiente un 70.3, y los gana todos. En 2013 hizo 5h00 en el parcial ciclista de Hawaii, el mejor de las GGEE y mejor que muchas pros. Virginia Berasategui nunca consiguió bajar de 5h01. Desde los dos positivos de su equipo ya no gana tantas pruebas y encima este año no ha ido a Kona, después de muchos años de éxitos allá. Esto por el lado femenino, porque en cuanto a la sección masculina del TTT, encontramos al Coach Ronan Pavoni (amigo íntimo del campeón argentino Oscar Galíndez), a Luciano Miguel, a Pedro Cordovez y a Fernando Alfaro. Todos cagan plata como se dice por allí. Uno de ellos, Cordovez lleva participando ininterrumpidamente en Hawaii desde 2009. Nunca falla.  Alfaro, Cordovez y Luciano hicieron los tres primeros en el IM 70.3 de Panama 2016 en su GGEE. Ellos no dieron positivo, pero las chicas sí, siempre pillan primero a los “guinea pigs”. Pero no solo es el TTT, también tenemos al mexicano Alfredo Trujano, marido de Kareen Human, una de las cazadas con la cremita. Trujano compite en todo, triatlones, bici, carreras a pie, con exhibiciones metahumanas. Tiene 8h54’ en Hawaii en 2013, mejor que algunos pros, y de los mejores tiempos en GGEE. Estuvo en TTT hasta 2014 pero se salió para montar su propio club, del que ahora dice que es el Coach. Evidentemente sin Pavoni no consigue los resultados de antes. Tras ser el mejor GGEE en el IM de Cozumel en 2015, este año ha hecho 9h28 Kona, su mejor tiempo desde 2013. Demasiada diferencia. En 2015, en el triatlón de Portobelo, era uno de los favoritos, pero le dio algo raro en la carrera a pie, cuando iba primero con 5 min de ventaja sobre el segundo, y quedó inconsciente en una zanja. Ahora su mujer, en el TTT, da positivo. Y así está el asunto, en 3 años, los triatletas panas suman 3 positivos, primeros puestos en GGEE en Hawaii, muchos éxitos y varios récords, todo con origen en el TTT y Lucho Sierra.

Pero no solo es el trideporte. Estos casos de triatletas panameños y sus rendimientos relacionan muy bien con lo que esta pasando en Panamá en otros deportes. Es el caso del maratoniano panameño Jorge Castelblanco. Un atleta que no había bajado de 2h24 en maratón y que para lograr la mínima olímpica se tiró en Hamburgo 2h15. En el maratón de Rio, con todos los controles de Coe y Reedie, el pana hizo una modesta marca de 2h39, muy lejos de sus tiempos. Últimamente ya no corre como en Hamburgo. Si vemos lo que dicen los expertos sobre mejoras provocadas por el dopaje, encontramos que esos 10-15 min en maratón son normales en atletas entrenados. Es año olímpico y eso se ha notado en Panamá. También tenemos al mejor, y casi el único, ciclista profesional de Panamá, Ramón Carretero. El jovencísimo ciclista se presentó en el Giro 2015, era el primer pana en estar allá, y se ausentó en la segunda etapa por una gripe, bueno eso y que dio positivo por EPO en un control sorpresa poco antes de la vuelta italiana. Otro niño de familia de negociantes panameños, con todo lo que eso implica en el Paraíso panameño. Todos estos rendimientos extraordinarios y casos de dopaje contrastan con otros casos en los que a pesar de los años de experiencia, esfuerzos y trabajo no se consiguen los objetivos marcados. Es el caso de Billy Gordon, triatleta panameño que no se ha logrado clasificar para los JJOO. Los conocí a todos allá y si algunos han evolucionado tanto y Billy no, es porque los otros llevan algo diferente, alguna pócima mágica panameña, o transatlántica. Quién sabe.



 Con estos tres casos de dopaje, más los rumores que llevan años filtrándose en el mundillo del TTTrialón en Panamá, y más esos rendimientos lagunares, sólo nos queda hacernos la pregunta ¿Quién está detrás de todo esto? Y la respuesta es…el Canario. Sí, sí, el mismo. Sorprendentemente el dopaje de Panamá poco tiene que ver con la magia negra panameña y más con el tráfico transatlántico del dopaje europeo. El primer positivo del trideporte panameño fue el de Lotty, un control tras no acabar en el IM de Hawaii a una GGEE de 40-44 ¿Qué estaban buscando? Estaban buscando a Lucho Sierra, un hombre muy relacionado con el ciclismo colombiano desde el 2000, de la mano de Oliverio Cardenas "el terrible" (el “maestro”de Esteban Chaves) y  con los grandes campeones de por allá, Oscar Sevilla (número 5 y sevillano) y Santiago Botero (número 3 y  Sansone). Varios compañeros y ex-compañeros de Oscar Sevilla en sus equipos en Colombia han dado positivo. A Sierra se le ha visto con Labarta en Panama, en sus charlas en la tienda TriStore, y en las carreras de Colombia. Ignacio Labarta es desde hace años el gurú de muchos grandes ciclistas en Colombia, pero es más conocido por ser el socio de Eufe cuando la Operación Puerto. Un Eufe que huele el dinero y el negocio y ya en 2005 tenía compañías offshore de blanqueo del dinero del dopaje en Panamá. Siguiendo su pista la policía dio con Beltrán en Colombia…y siguiendo su pista se sabe que lleva unos años actuando en Iberoamerica. A tenor de los positivos de los últimos años, podría ser México, Panamá o Brasil. Él no da la cara, no, es demasiado conocido, pero sus “amigos” Labarta y Belda sí. Y ya sabemos los negocios de estos dos señores de abrigo terciopelado. Pero no es solo Panamá, los métodos europeos se han implantado en muchos países de Hispanoamérica estos años, los años preolímpicos. En el triatlón hemos visto como México, de la mano del gallego Javier Mon y del Coach Javier “el Toro” Rosas, llegaba con 4 representantes a estos JJOO. Un éxito si tenemos en cuenta que en las anteriores citas solo tuvo 2. El mejor de sus triatletas, Crisaldo Grajales (México) entrena desde 2015 con grupos europeos (Carlos Prieto y Gómez Noya) con excelentes resultados. Ha pasado de ser el 23º del mundo a moverse entre el 7º-6º del ranking y en Rio quedo el 12º frente a su 28º puesto de 2012. La mejora del mexicano en la carrera a pie ha sido tremenda, en 2012 solo bajaba de 31:00 en los días buenos y en 2015 corrió todas las pruebas por debajo de esos tiempos. Sus mejores carreras en 2014 eran por encima de 30:11 y ahora consigue correr en 29:36. Una mejora similar a la que consiguió Mola cuando unió sus fuerzas con Filliol, o las que tuvo Noya cuando cumplió 27 años (2010), o posteriormente cuando empezó con Carlos Prieto. Seguro que esas mejoras no tienen nada que ver con que su patrocinador Landsteiner se dedique a la investigación biomédica en México. En el ciclismo colombiano hemos visto el resurgir de los “escarabajos”, los escaladores colombianos que destrozaban el Tour a finales de los 80 y que con la llegada de la EPO desaparecieron. Los mejores de ellos, de la mano de Vicente Belda (Nairo Quintana) y Oliverio Cárdenas (Esteban Chaves). En un país en el que Oscar Sevilla con 40 años arrasa en las grandes pruebas. Ignacio Labarta es el contacto de Eufe en Colombia. Un Eufe que no se deja ver pero que no puede evitar que sigamos los rastros de su presencia. El futbol mexicano ha tenido numerosos casos de dopaje estos años. Su especialidad. El dinero está en el futbol y además es un deporte al que nadie quiere meterle mano. Pero el triatlón también cumple esos requisitos, nadie va a investigar a un triatleta. Es una norma del trideporte: Silencio se rueda. Y en el TTTrideporte de Panamá, paraíso fiscal y ahora paraíso del dopaje, el dinero y el silencio sobran.